Sal.78:36-37
“Pero le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían; Pues sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto”.
Hnos. Estamos aquí en este día del Señor para alabarle. Pero hace falta que sea de corazón y en sinceridad de pensamiento. Podemos correr el riesgo de alabar a Dios con lisonjas de nuestras bocas.
La lisonja es: “Alabanza interesada e hipócrita”. “Adulación”. —Conlleva insinceridad. Aplicado a nosotros es algo así como cantar sin tener la mente y el corazón en ello. Nuestro Padre celestial busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad.
Hay una cosa que debemos aclarar: Hay una distinción clara entre adoración y alabanza.
-La alabanza tiene que ver con lo que se exterioriza.
-La adoración está relacionado con la actitud de nuestro corazón.
El libro donde más se usa la palabra alabanza es en los Salmos. —100 veces. Y esto nos recuerda que los Salmos eran cánticos. —Por lo tanto: Alabanzas a Dios. Es curioso que la alabanza se enfatice más en el A.T., mientras que la adoración se usa más en el N.T. Pero es que en el A.T. había más énfasis en lo ceremonial, en los ritos y expresiones externas.
Mientras que en el N.T. se enfatiza mucho más la actitud del corazón. Por eso las palabras relacionadas con adoración se usan 53 veces. Las palabras relacionadas con la alabanza se encuentran 23 veces. (30 veces más se usa la adoración que la alabanza). La alabanza está más relacionada con la boca y los labios.
Sal.35:27-28
“Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, Que ama la paz de su siervo. Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día”.
Sal.51:15
“Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza”.
2Cró.5:13
“cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre; entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová”.
Sal.34:1
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca”.
Sal.71:8
“Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día”.
Sant.5:13
“¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”.
La alabanza glorifica a Dios delante de los que nos oyen. La adoración, sin embargo es algo más interior. Lo que sí es cierto es que la adoración muchas veces se manifiesta con actitudes. La adoración se relacionaba con postrarse, arrodillarse o inclinarse, mientras que la alabanza es con la boca. Pero la verdadera adoración se manifiesta por la actitud del corazón y la alabanza de nuestras bocas.
Hnos., nuestra actitud mostrará la adoración de nuestros cuerpos y provocará la alabanza de nuestros labios. Cantar alabanzas sin entusiasmo ni vigor en las voces declara una actitud de poca adoración. Cantar alabanzas con el chicle en la boca denota poca reverencia hacia Aquel a quien alabamos. Debemos tener mucho cuidado cuando tratamos de alabar al Señor con nuestros cánticos. Podemos alabar al Señor sin verdadera adoración en nuestro corazón. —Pero esto serán lisonjas para Él. —Habrá mentira en nuestros labios.
Sin embargo será imposible adorarle en nuestro corazón y no alabarle sinceramente con nuestros labios. Tenemos un gran ejemplo de adoración y alabanza en el libro de Apocalipsis.
Mat.2:11
“Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.
¿Qué vemos en estos magos? Se postraron, le adoraron y le ofrecieron presentes.
Veamos ahora Apo.4:9-11
“Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.
Notemos estas cuatro cosas: Se postran, adoran, ofrecen sus ofrendas y alaban.
¡Esta es la actitud correcta en nuestros cultos para que no mintamos con nuestras lenguas!