Sant.5:13 “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”.
Estaba en mi cama, como a las 5:00 de la mañana, y este pensamiento comenzó a rondar por mi cabeza. Le di vueltas y finalmente me levanté para plasmarlo en papel. Parece que este versículo nos da una figura de cualquier vida de cualquiera de nosotros. Toda nuestra vida se lleva a cabo entre aflicciones y alegrías; alegrías y aflicciones. Parece que ésta es la experiencia de cada ser humano en esta tierra.
Nuestra vida es un cúmulo de alegrías y aflicciones. Si mirásemos a cualquiera de los personajes bíblicos nos daríamos cuenta de que con ellos sucedió igual. Comenzando con Job, y siguiendo con Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Josué, David, Pablo, Pedro, Juan. No tenemos tiempo de examinar cada caso. —Cada uno puede estudiar en casa cada caso.
Pero siendo que todos experimentamos muchas aflicciones y muchas alegrías, deberíamos mirar al remedio que Santiago nos da. Cuando esté afligido, ora, ora, ora. —Cuando estés alegre, canta alabanzas, canta, canta. Y como nuestra vida está compuesta de unas y otras experiencias, deberíamos pasarnos la vida orando y cantando alabanzas al Señor.
No pretendo que esto sea una enseñanza muy profunda, de hecho no lo es. Pero, puesto que empezamos un nuevo año en el que encontraremos aflicciones y también alegrías, este es un buen versículo para tener en cuanta a lo largo de todo 2018. Cada día te levantarás con uno de estos dos estados: o afligido o alegre. ¡Qué mejor cosa que cuando estés decepcionado/a, dolorido/a, enfadado/a por algo, de mal humor, triste con o sin razón… ora Hno./a.—Ora y busca el descanso en el Único que puede solucionar tu estado.
¿Te han tratado injustamente? ¿Te han despreciado? ¿Han traicionado tu confianza?—Acércate a tu amante Padre para que puedas encontrar el consuelo que necesitas.
Muy a menudo esta receta es mejor que la de los médicos. ¿Quién comprende mejor que tu Señor el estado en que te encuentras? ¿Quién tiene mayor facultad de darte lo que necesitas? —Es el Señor; tu Dios; tu Padre Celestial.
La Palabra de Dios nos recuerda que tenemos en los cielos un Sumo Sacerdote que sabe compadecerse de tus debilidades. El Señor Jesucristo sufrió desprecios, se sintió triste, fue dado de menos, insultado, fue tratado injustamente, se sintió dolorido por que le traicionaron…—Por eso Él sabe lo que sientes. —Él sabe cómo consolarte como nadie podría hacerlo.
He.4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
“Cuando las olas del mar se enfurecen, Y el cielo gris parece caer. Cuando las horas amargas florecen, Y oscuridad rodea tu ser. Gozo y paz de pronto aparecen. Cristo los viene a traer”. —A.S.
Pero, Hnos., esto sólo ocurre si vamos al Señor a buscar su ayuda; no de otra manera. Pero también nos dice el texto: “¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”.
Esto también es algo que debemos recordar. Muy a menudo cantamos cuando estamos alegres, pero ojo con lo que cantamos. Santiago nos dice que cantemos ALABANZAS. —No otras canciones que hemos aprendido en el mundo. Cuando hay alegría hay ganas de cantar. —Esto pienso que es parte de la naturaleza con la que fuimos creados. —Viene con el “kit”.
Pero no solamente dice que cantemos, sino que cantemos ¡alabanzas! Y cantar alabanzas implica alabanzas dirigidas al Señor. —Esto parece obvio, pero no lo es. Cantar alabanzas es una especie de adoración con voz y música.
Hnos. ¡cuánto nos falta para hacerlo, no solamente en la iglesia sino en el trabajo, en la cocina, en el coche, etc. Si constantemente estamos o afligidos o alegres, eso quiere decir que constantemente debemos estar en oración o cantando alabanzas al Señor. —Esta debe ser la vida del cristiano normal.
Hnos., démonos unos momentos para meditar en esto.