Al menos 49 personas han sido detenidas por la policía nigeriana, acusadas de participar en la matanza orquestada de decenas de cristianos la semana pasada.
La mayoría de los arrestados son musulmanes de la etnia ‘fulani’, según ha informado el portavoz de la policía Mohammed Lerama a la BBC.
“El número de las personas detenidas desde los asesinatos en la ciudad de Jos ha aumentado a 200″, ha afirmado Lerama.
La policía ha declarado que 109 personas, en su mayoría cristianas, murieron el pasado en los violentos episodios. En informes previos, la cifra elevaba el número de víctimas mortales a más de 500. Un balance que ha sido refrendado por líderes religiosos y activistas de derechos humanos.
El derramamiento de sangre fue la respuesta a los asesinatos sectarios que en enero dejaron más de 300 muertos de religión musulmana.
El Estado de Plateau, en el centro de Nigeria, se encuentra dividido entre el norte, de mayoría musulmana, y el sur cristiano. Aunque hay una importante base de violencia étnico-religiosa, los analistas afirman que también responde a causas económicas y políticas.
Presión internacional
Desde los violentos disturbios, la policía y el ejército patrullan la zona para evitar más problemas. “Hemos pedido refuerzos. Están en camino”, asegura el jefe de policía de Plateau, Ikechukwu Aduba.
Sin embargo, la presión internacional para que el Gobierno de Nigeria tome más medidas va en aumento.
El Papa Benedicto XVI denunció ayer el derramamiento de sangre como “atroz” e instó a los líderes civiles y religiosos “a trabajar por la seguridad y la convivencia pacífica”.
Por su parte, el gobernador del Estado de Plateau, Jonás Jang, ha dado la voz de alarma sobre los fallos de seguridad, que han empeorado la carnicería en las tres aldeas seleccionadas.
Fallos de seguridad
Al parecer, él mismo habría advertido al ejército acerca de sospechosos con armas que merodeaban por la zona, horas antes de la masacre.
“Tres horas más tarde, me despertó una llamada que me comunicaba que los grupos armados habían empezado a quemar el pueblo y que la gente estaba siendo asesinada a machetazos“, ha relatado Jang.
El presidente interino, Jonathan Goodluck, ha despedido al asesor de seguridad nacional del país, Sarki Mukhtar, en una aparente respuesta a los asesinatos.
Sin embargo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha manifestado que los pueblos deberían haber sido debidamente protegidos después de los asesinatos de enero.
El jefe de la Asociación Cristiana norteña de Nigeria ha señalado que había mercenarios implicados en la masacre.
Fuente: RTVE.es