Rom.13:1-5
A nuestra naturaleza humana, nada le gusta menos que obedecer. —Por eso lo de terrible cosa en el título. Esto significa poner tu voluntad bajo las reglas de otro, y eso no le gusta a nuestra carne.
Cuando se le dice al “rey yo” que hay alguien superior, no lo puede aceptar, y se crea una lucha. Sin embargo, debemos entender que hay leyes a las que hemos de someternos.
¿Qué sería este mundo sin las leyes que lo rigen?
¿Te imaginas un mundo sin la ley de la gravedad? ¿Sin la ley del crecimiento?
¿Sin la ley de que cada cosa de su propio fruto? —Plantarías una col y no sabrías que saldrá al final. (¿Peras?).
¿Qué sería sin las leyes de tráfico o las leyes civiles y judiciales? —La vida sería un caos.
¿Qué sería el fútbol, el baloncesto, el atletismo o cualquier juego, (parchís, Rumikub, la UNO…) si no hubiese reglas a las que atenerse?
Y junto a lo que hemos dicho podemos decir que cuando no obedecemos las reglas, nos vienen problemas. De manera que las leyes y las reglas son esenciales para el funcionamiento de la vida.
La Palabra de Dios nos presenta leyes y mandamientos porque es un libro escrito por Dios para los hombres. Y todos hemos de someternos y obedecer a Dios. — Hay multitud de versículos que se refieren a la obediencia de todos a Dios.
Sant.1:22 y 1Ped.1:2 Nos hablan de que todos hemos de obedecer a Dios.
Pero, además se nos habla mucho más específicamente.
Mat.8:27 —Los vientos y el mar obedecen al Señor.
Mar.1:27 —Los espíritus inmundos también le obedecen.
Efe.6:1 —Los hijos deben obediencia a sus padres. (Col.3:20)
Efe.5:2 —Las esposas deben someterse a sus maridos.
Efe.6:5 y Col.3:22 —Nos hablan de la obediencia a nuestros jefes.
He.13:1-4 —Nos habla de obedecer a nuestros líderes. —Pastores, Ancianos, maestros de la E.D., Ujieres.
Tito 3:1 —Nos habla de obedecer a los que gobiernan. —Jueces, gobernantes, policía, agentes de tráfico, etc.
De manera que todos tenemos que obedecer al alguien, y primeramente al Señor. Las Escrituras también nos narran ejemplos de desobediencia:
Adán y Eva. —Y Dios los expulsó del huerto de Edén.
Caín. —Y Dios le echó de su presencia.
Saúl. —Y Dios le rechazó como rey.
Sin embargo, Dios también nos narra en su Palabra buenos ejemplos de obediencia.
Abraham. —Y Dios le bendijo.
Noé. —Dios salvó a él y a su familia de la destrucción del mundo.
Daniel. —El Señor le libró de los leones y de sus enemigos.
Los tres jóvenes: Sadrac, Masac y Abednego. —Dios les libró de ser quemados en el horno de fuego.
La lección es bien sencilla: —Cuando no obedecemos nos metemos en problemas.
—Cuando obedecemos al Señor, las cosas van bien y hay bendición. Cuando seguimos las reglas: La música suena mejor. El tráfico circula más fluido y estamos más seguros. Cuando seguimos las reglas, hay gozo en la familia. En la escuela, instituto o universidad se aprende más rápido. En la iglesia todo funciona mejor para gloria del Señor. Este mundo iría muy bien si todos obedeciéramos al Señor, a los padres, etc., etc.
Para terminar, ante todo recordemos este versículo.
Rom.13:2 “De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”.
¿Quieres que las cosas te vayan bien? —Se obediente.
Es cierto que a la carne no le gusta someterse, quiere siempre salirse con la suya. Pero no olvides que los que resisten a la autoridad, resiste a lo establecido por Dios.
Y se nos dice también que los que resisten a lo que Dios ha ordenado acarrean condenación para sí mismos”.
Pienso que por demás está hablar más sobre la obediencia. La lección es sencilla y clara. Niños, jóvenes, estudiantes, ciudadanos, miembros, esposas, esposos, padres… si queréis que todo vaya en orden y con bendición. —Obedeced a lo establecido por Dios.
Examínate a ti mismo y ve si en tu vida hay problemas por causa de tu desobediencia.
Aprendamos de una vez esta sencilla lección —aunque sea terrible para la carne—Es muy importante