Ecle.12:13-14
Este libro de sabiduría nos habla de la vanidad de las cosas que hace el hombre en su vida. —Y concluye con estas palabras: “Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”.
Fácilmente podemos entender que temer a Dios y guardar sus mandamientos es el todo de la vida del hombre. La vida es lo más importante que tenemos y, sin embargo, no podemos disponer de ella a nuestro antojo. Y siendo lo más importante que posee el hombre, es tan frágil como el hilo de la tela de araña.
Ese hilito se puede romper en cualquier momento, ya sea a los pocos años de tener vida, como a los muchos años de tenerla. Una de las grandes preguntas que debe hacerse el hombre mientras vive, es: ¿Qué es la vida?
He leído frases y definiciones de premios Nobel, filósofos, científicos, químicos, etc., pero no he encontrado ninguna satisfacción en sus explicaciones sobre qué es la vida. Para el filósofo significa una cosa; para el científico significa otra cosa, para los químicos o biólogos otra cosa.
Quizá podemos decir con toda sencillamente que la vida es un don de Dios. La Biblia nos dice Quién es la Vida de donde emana nuestra vida.
Hch.3:15 “y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos”.
Esta es una aparente contradicción: Una paradoja. — ¿Cómo se puede matar al Autor de la vida?
Pero la respuesta la da el mismo apóstol Pedro en Hch.2:23-24 “a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24 –
al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella”.
La muerte no puede retener a la vida, o al Autor de la vida. —Cristo es la Vida.
—La vida tiene su principio y su fuente en Él.
La vida tiene la cualidad de ser eterna por cuanto emana de Él quien es la Vida y es el Eterno. El principio de vida no pudo ser creado, es algo que ha existido siempre. Aquel o aquello que fue capaz de crear la vida, tenía que tener vida en sí mismo. Y la vida es lo que recibimos de Aquel que ES la Vida.
La vida es también la cualidad de existir. — Y esto debe producir las preguntas existenciales:
¿Por qué existo, o vivo? — ¿Cuál es el motivo de mí existir? — ¿Por qué Dios decidió concederme el don de la vida? — ¿Qué debo hacer con este don?
Estas son preguntas que los monos, ni ninguno de los animales o vegetales se cuestionan. Estas preguntas sólo se las pueden hacen los que han recibido la vida de parte del Autor de la vida. Los demás seres vivos han adquirido su existencia mediante el poder de Dios. Dios dijo: y fue hecho. Animales, plantas y flora, aves, peces, etc. Pero cuando Dios creó al hombre no dijo: Sean los hombres, sino que le dio vida de la que Él tiene.
Él es el Autor de nuestra vida. —Aquel que Es la Vida, nos dio vida de SU VIDA.
No nos dio la vida por medio de su poder, como a los seres vivos. Sino que compartió Su esencia de vida con nosotros. —Con los hombres.
Goza tu vida en las cosas de Dios, o que vienen de Dios: Su creación, la familia, el trabajo, la obra de tus manos. Y si eres salvo, tienes muchas más cosas en las que recrearte en tu vida.
Podrás disfrutar de la salvación que tienes en Cristo. —Las promesas que Dios tiene para tu vida.
—El poder ver a Dios en todas las cosas de tu vida. Pero no olvidemos que el hilo de nuestra vida está en la mano de Aquél que nos la dio.
He.1:3 Nos dice que el Hijo de Dios es “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”.
Y cuando Él decida poner fin a tu vida en el cuerpo, ¿Qué le dirás que has hecho con tu vida?
Mat.16:26 “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”
¿Cómo se puede perder el alma o vida? — ¿En qué forma podríamos malgastar la vida que Dios nos ha dado?
Dios dice: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto, el juicio”, He.9:27.
Dios nos ha dado un depósito: La vida. Y lo que esa vida produzca es lo que valdrá de veras ante el Señor. Perderla será no haber sacado de ella ningún provecho que dure tanto como habrá de durar tu vida. El mundo, y las cosas de este mundo, como el dinero, las casas, los coches, los adornos, las ropas, los zapatos, etc., etc., etc., se quedarán; —no servirán para la vida que continua.
Y esto es perder la vida. —La perdemos o desperdiciamos cuando nuestro foco está en estas cosas.
Salomón dedicó muchos años a conseguir cosas, cosas, cosas. —Y se olvidó de las cosas eternas. Pero luego llegó a la sabia conclusión que fue: El TODO del hombre es el temor de Dios y la obediencia a Él.
La pregunta final para ti y para mí: ¿Estás perdiendo tu vida? —Medita en ello, porque el juicio vendrá.