Mat.25:14-27
Este es uno de esos pasajes bien conocido por todos. —La parábola de los talentos.
Vemos que el hombre de la historia llama a sus siervos y les da talentos.
A uno cinco, al otro dos y al otro uno. —Y les dio: “conforme a su capacidad”, Ver.15.
Una lección básica que podemos notar aquí es que Dios da dones según Él ve la capacidad de cada uno.
A unos da más y a otros da menos. —Él es sabio para saber qué capacidades tiene cada uno.
—Sin embargo la otra lección que podemos ver claramente, no es cuánta capacidad tenía cada uno, sino, qué hizo cada uno con el talento o talentos que Dios les dio.
Lo primero a destacar es que todos tuvieron talentos para trabajar.
No hay nadie que pueda decir que Dios no le quiere trabajando en su obra.
Todos tenemos dones, talentos y habilidades. —El asunto es: ¿Qué hacemos con ellos?
Pero lo más importante a reseñar de esta parábola es que a los que trabajaron con su talento, el Señor les dijo: “Bien, buen siervo y fiel”.
Esto quiere decir: Bien hecho, eres un buen siervo y has sido fiel con lo que se te había encomendado.
Así que tenemos dos cosas que destacar: 1. Todos reciben un talento o más. —Nadie se queda sin nada.
2. La mayoría de estos tres hicieron lo que se esperaba de ellos.
Sin embargo, hubo uno que no hizo lo que se esperaba de él, y recibió la reprimenda.
¿Por qué le dijo el Señor: “Siervo malo y negligente?”.
Hay una palabra para malo y es kakós. —Esta palabra denota malo en sí mismo. —Algo que es malo.
Pero la palabra que se usa aquí como” malo”, es “ponerós”, y significa mala en el sentido que propaga su maldad. —Infeccioso.
En Mat.6:13 Cuando el Señor nos enseña a orar, dice: “mas líbranos del mal”.
Esta palabra es la misma que el Señor usa para describir al mal siervo. —“ponerós”.
Esta palabra, pues, es mucho más mala que la palabra “kakós”.
La palabra significa más bien: maligno, que extiende su maldad a otros. —Que contagia a otros.
Efe.6:16 “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”.
Esta palabra: “maligno”, es precisamente la palabra “ponerós”, y es una referencia al mismo Satanás.
También en Ver. 13 dice: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”.
El día malo aquí es el día “ponerós”, el día pernicioso, el día infeccioso, el tiempo perverso.
De manera que el Señor está diciendo del siervo malo: Tu maldad es contagiosa.
La otra palabra que vemos es: negligente, en Gr.: “oknerós”, que significa: indolente, no diligente.
Una persona negligente es aquella “que no pone el cuidado, la aplicación y la diligencia debidos en lo que hace, en especial en el cumplimiento de una obligación”.
Sinónimos de esta palabra son: indolente, perezoso, apático, descuidado, vago, desidioso, holgazán.
Vemos, pues, que las palabras que se dirigen a quien no hizo nada con su talento son palabras muy fuertes.
Y me pregunto por aquellos que no están haciendo nada para el Señor.
Todos tenemos algún talento que trabajar, pero ¿lo estamos haciendo?
Hnos. hay quienes se ocupan en algo en la iglesia, pero hay otros que no se ocupan en hacer nada para el Señor.
Espero que no estés contando con que venir un ratito por la mañana al culto del domingo sea lo que estás haciendo para el Señor. —Piensa que esto no es hacer nada con el talento que Dios te dio.
Para concluir tendremos que ver por qué el Señor le llamó siervo ponerós y oknerós
Le llamó así, sencillamente porque no hizo nada con su talento.
Hnos. no hacer nada es malo y contagia a otros con su maldad. — ¿Qué haces con el talento que Dios te dio?
Dios ha dado a todos dones, habilidades y talentos para que podamos trabajar en su obra.
Sin embargo, hay algunos que ponen sus talentos a trabajar, pero hay otros que se los guardan quitando la gloria a Señor. — ¿Qué estás haciendo tú con ellos?
El Señor sabe bien quienes son los siervos buenos y quiénes son los siervos malos y negligentes.
Solamente quiero que te preguntes: ¿De cuál de estos siervos eres tú?
Quisiera acabar recordándote este versículo de la palabra de Dios.
Rom.12:11 “En lo que requiere diligencia, no perezosos [oknerós]; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”.
¿Crees que el servicio al Señor requiere diligencia y no pereza?
Quizá, si oyes que el Espíritu te está diciendo: siervo/a malo/a y negligente, ¿qué vas a decirle al Señor?
Recuerda que, al igual que en esta parábola, el Señor vendrá: “Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos”. —No te olvides de esto; pronto el Señor vendrá. Y ¿qué te dirá?