En estos relatos sobre el nacimiento de Jesús se habla mucho de los pastores, de los magos, de los ángeles, y de los personajes más relevantes como: José, María y el niñito Jesús.
Pero hay otros dos personajes que deben tener nuestra atención también.
Son dos personajes muy peculiares, de los cuales podemos aprender mucho.
Leamos el pasaje en Luc.2:25-38
He titulado este mensaje: “Siervos Ejemplares”.
Y le he dado este título porque parece que fueron un hombre y una mujer ejemplares en el servicio a Dios.
Ellos son Simeón y Ana.
Veamos a SIMEÓN
Ver. 25 “Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él”.
Vemos cuatro cosas que le distinguían:
Justo: Andaba en rectitud de corazón. — Conforme a la voluntad de Dios y a sus enseñanzas.
Piadoso: Espiritual, apartado del mal. —Estas dos cosas siempre van juntas.
—No se puede ser justo sin ser piadoso, ni piadoso sin ser justo.
Esperaba al Mesías: Denota confianza; fe en las promesas del Señor.
—Dios lo había prometido, y lo haría a su tiempo.
Estaba en comunión con el Espíritu: “El Espíritu Santo estaba sobre él”.
—Notemos que estaba sobre él, no en él.
Este es uno de los cambios entre antes de Cristo y después de Cristo con la venida del Espíritu a morar en los creyentes.
Hnos. ¡Qué cualidades tan tremendas podemos ver en Simeón!
Ver.27 “Movido por el espíritu, vino al templo”.
Esto también nos habla de su atención a la voz del Espíritu. — ¿Cuántas veces hemos desoído esa voz?
Si Simeón no hubiese sido obediente a la voz del Espíritu, hubiese perdido esta preciosa ocasión.
—¡Pero él era un hombre espiritual!
El hecho de ser sacerdote no es sinónimo de ser espiritual.
Hubo un sacerdote, Elí, que tuvo que ser reprendido por Dios.
Un hombre que confundió la oración profunda de una mujer entregada a la oración con una mujer ebria: ANA.
Lo mismo es hoy día, hermanos. —No por ser misionero, pastor o predicador, se presupone que es espiritual.
El hombre espiritual es piadoso, justo y tiene comunión con Dios. —Está atento a la voz del Espíritu.
Veamos también a ANA —Vv. 36-38 LEER
Viuda desde hacía 84 años +7 de casada = 91. Si se casó a los + 14 = 105 años aprox.
Veamos sus cualidades:
Pureza: Debió quedarse viuda a los 20-21 años.
Ver.37 Perseverancia: “No se apartaba del templo”. —Nos dice el texto que estaba “de noche y de día”.
Piadosa: Estaba relacionada con el templo; con las cosas de Dios.
Servicial: Sirviendo de día y noche en el templo. Siendo útil al Señor.
Fuerte: Sin temor al trabajo. Siempre dispuesta.
Mujer de oración: “Con ayunos y oraciones”.
Ver.38 Espiritual: Interesada en las cosas del Dios. El Señor parece que la premió por su fidelidad y constancia.
—Cuando llevaron al niño al templo, ella estuvo allí (Ver.38).
Agradecida: “Daba gracias a Dios” (Ver.38)
Consoladora: Daba la consolación a los que esperaban la venida del Mesías.
Evangelista: Dio la buena noticia del nacimiento: “hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén”.
Estas virtudes nos recuerdan a la mujer de Proverbios 31.
Una de las cosas a destacar en este pasaje es que estos humildes personajes vieron al Señor poco antes de morir.
A Simeón se le había revelado que le vería antes de morir.
A ella no sabemos que se le hubiese dicho, pero recibió este regalo de ver al Redentor.
Hermanos, aquellos que “ven” es porque están pendientes de ver.
Es porque están interesados en ver la verdad. —La verdad se revela a los que la quieren.
Lo mismo pasó con los magos y el rey Herodes y los principales sacerdotes que leían las profecías.
No pudieron verle cuando los magos les preguntaron, pero ellos si le vieron y le trajeron presentes.
¡Quiera el Señor levantar más Simeones y Anas entre nosotros! — ¡Cómo los necesitamos!