miércoles, noviembre 1

Tesoros en el barro

2Cor.4:6-7

En el relato de Génesis Dios nos explica cómo fue formado el hombre:

Dice que fue formado del polvo de la tierra”.

Job 10:9, Job, dice al Señor: “Acuérdate que como a barro me diste forma”.

Eliú, hablando de sí mismo, dice a Job: De barro fui yo también formado”. Job.33:6.

Isaías también lo reconoce cuando dice: “Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros”. Isa.64:8.

Salomón nos dice que un día el polvo volverá al polvo, y el espíritu a Dios que lo dio.

Por otro lado, la palabra tierra, en He. es: “Adamá”.

De modo que Adán quiere decir: “Tomado de la tierra”, perteneciente o relativo a la tierra.

Algo muy curioso a notar es que el cuerpo humano tiene al menos 16 elementos químicos que se encuentran en la tierra: Calcio, Carbono, Flúor, Hidrógeno, Hierro, Yodo, Magnesio, Manganeso, Nitrógeno, Oxígeno, Fósforo, Potasio, Silicio, Sodio y Azufre. Entre otros muchos: Agua, Cobre, Zin, Litio, etc.

Todos y cada uno de estos elementos se encuentran en la corteza terrestre de donde fue tomado Adán.

Otra nota curiosa es que la Tierra está formada por aproximadamente tres partes de agua y una de tierra. —Así también el cuerpo humano está formado de aproximadamente la misma proporción de agua.

Desde la caída de Adán, el hombre ha ido teniendo más y más interés por las cosas de la tierra.

—Por el barro, por los elementos de la tierra: Oro, Plata, Piedras preciosas, tierras, caballos y animales…

Hoy en día, todo por lo que los hombres luchan y se matan sigue siendo por las cosas de la tierra.

“El barro codiciando el barro”.

Pero Dios envió un Segundo, o mejor, un Postrer Adán.

Rom.5:17-19 “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 – Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 – Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”.

Hnos., somos barro, éramos barro y seguimos siendo barro.

—Ahora, por la obediencia del Postrer Adán se ha deshecho la maldición que nos trajo el primer Adán.

Aquellos que han confiado en la Preciosa obra de Cristo en la Cruz, son justificados del pecado de Adán.

Pero, aún siendo liberados del pecado de Adán que recibimos por herencia, seguimos siendo barro.

Y si logramos entender esto, entonces entenderemos lo que significa los versículos de hoy.

Dios quiere poner su TESORO, en estos recipientes de barro.

¿Y cuál es ese tesoro que Dios quiere poner en estas vasijas de barro?: —Cristo en nosotros; —La excelencia de su conocimiento; —Ha hecho en esta vasija de barro un templo para Su Espíritu Santo.

—Somos los recipientes en los que Dios deposita su glorioso evangelio.

Y esto debería hacernos pensar: — ¿Cuántas veces llenamos nuestros vasos de barro de cosas de barro?

Y Hnos., de esta forma no cabe mucho de ese TESORO de Dios en nosotros.

Pienso que el Señor quiere quitar de esa tierra acumulada en el vaso, y nosotros no queremos que la quite.

Tierra que se ha pegado a los lados de nuestro vaso y nos impiden tener el vaso lleno de ese TESORO.

El apóstol Pablo se vació de toda la tierra que tenía acumulada. —Él quería estar lleno de ese TESORO.

Él estimó todas las cosas de barro, como basura, estiércol, para ganar a Cristo; —ser lleno de Él.

Cuando vinimos al Señor estábamos llenos de nosotros mismos, de nuestros deseos y aspiraciones,

—de costumbres malas, de vicios, de ambiciones terrenales; estábamos llenos de barro.

Pero el Señor nos limpió, nos lavó con su sangre, y comenzó a sacar todo ese barro que había en nuestros vasos.

Pero a veces hay algunos trozos de barro que están muy pegados a las paredes de nuestro vaso.

—Y nos cuesta algún dolor que el Señor lo arranque para seguir vaciando nuestro vaso.

—Pero el Señor quiere seguir limpiándonos para que haya más sitio para su TESORO.

El Señor quiere vasos limpios; santos, para llevar las cosas santas que Él quiere poner en nosotros

Debemos dejar que el Señor continúe sacando esos puñados de barro de nuestro baso, para que seamos para la alabanza de su nombre.

“para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.

Cuanto más nos vaciamos del barro que hay dentro del corazón, más espacio habrá para las cosas santas.