Mat.11:28-30
La semana pasada estuvimos hablando sobre estos versículos. No vamos a repetir el pensamiento. Sin embargo, vimos que había dos descansos: Uno para los incrédulos: Otro para los creyentes. Aquel que ha venido a Cristo a por descanso para su alma, Cristo le hace descansar. La pesada carga de sus pecados es quitada en la cruz. El libro: “El progreso del Peregrino” de John Bunyan lo expresa muy bien. Pablo también nos lo dice en estas palabras:
Col2:13-14 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, – anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”.
Este es el descanso que Cristo te da. Pero decíamos que hay otro descanso: El descanso que pueden tener los que ya han descansado de sus pecados. Este no se da; se encuentra. Se encuentra: — Andando en sus caminos. —Sirviéndole de corazón. —Confiando en Sus promesas. Siempre hay mucho más después de la salvación y del perdón de nuestros pecados.
Jn.10:10 “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
El Señor nos da la vida cuando estamos muertos en nuestros delitos y pecados. Pero una vez que nos da la vida, nos provee de una vida abundante. No solamente se limita a darnos vida, sino a que esa vida la podamos disfrutar abundantemente. Es una lástima que a veces vivimos la vida cristiana en escasez, en vez de en abundancia. ¡Hay gozo pleno después de la salvación! Es lo mismo con la paz que Dios nos da.
Rom.5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Por medio de la fe tenemos paz con Dios. ¿Pero, es eso todo? ¿NO? Una vez que tenemos la paz con Dios podemos disfrutar de la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Esta paz es para después de ponernos en paz con Dios mediante la fe en Cristo.
Fil.4:7 “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
Una vez que estamos en paz con Dios, podemos disfrutar de la paz de Dios. En estos versículos que hemos leído al principio tenemos más o menos lo mismo. Hay un descanso después del descanso. Pero muchas son las veces que no estamos disfrutando de estas cosas. No disfrutamos de una vida abundante. No disfrutamos de la paz de Dios. Y No disfrutamos del descanso que el Señor nos ha provisto.
En la gracia del Señor se nos ha provisto de la salvación. Con ello obtenemos la vida; la paz y el descanso. Cristo, con su sacrificio en la cruz nos ha provisto todas estas cosas. ¡Pero es que hay más para después del principio!
La conversión, Hnos., es el principio solamente. Es el principio de una vida que puede ser de vida abundante. De la paz de Dios y del descanso en el servicio. Cristo nos ha provisto mucho más que solamente la salvación. ¡Oh! ¡Cuán escasas son a veces las vidas cristianas que vivimos después de la salvación! Cristo ha hecho una amplia provisión para los suyos.
Como el Buen Pastor que es, tiene aguas claras y cristalinas donde beber, y prados muy verdes para descansar. Y nosotros muchas veces vivimos en la escasez espiritual. Vivimos con lo mínimo de la vida espiritual. ¡Qué desperdicio de esa provisión tan grande que el Señor nos ha puesto delante!
¿Estás viviendo en abundancia espiritual, o en escasez? — Medita en esto.